A pesar de que en la última semana se han reportado 758 nuevos casos de dengue, elevando el total de casos sospechosos a más de 6,000 en lo que va del año, las autoridades del Ministerio de Salud Pública advierten que lo peor aún no ha pasado y que se espera que el pico del brote epidémico continúe aumentando en las próximas cuatro semanas.
Tanto el ministro de Salud Pública, Daniel Rivera, como el viceministro de Salud Colectiva, Eladio Pérez, han señalado que el organismo de salud no puede combatir la enfermedad por sí solo y han pedido la colaboración de las familias y las comunidades para eliminar los criaderos del mosquito transmisor.
El país enfrenta un brote epidémico, y las condiciones climáticas, caracterizadas por un intenso calor y lluvias, indican que los casos seguirán aumentando. La eliminación de los criaderos de mosquitos es crucial para controlar la propagación del dengue.
El informe presentado por el viceministro de Salud Colectiva revela que en el país están circulando los serotipos 2 y 3 del dengue, siendo este último el que no circulaba desde el año 2019. El 77.8% de los casos se registra en menores de 19 años, y aproximadamente el 42% de los pacientes con sospecha de la enfermedad se están atendiendo en cinco centros de salud específicos.
En lo que va del año, se han notificado 42 muertes sospechosas de dengue, de las cuales se han confirmado cuatro y en 21 casos se ha descartado la enfermedad. El resto está siendo evaluado clínicamente para confirmar o descartar el dengue.
El 70% de los casos se concentra en el Gran Santo Domingo, especialmente en Santo Domingo Norte, y la segunda provincia con mayor cantidad de casos es Santiago.
El país presenta una incidencia de 44.31 casos de dengue por cada 100,000 habitantes, cifra que se encuentra por debajo de la de otros países de la región que también enfrentan brotes de la enfermedad, con una incidencia que supera los 100 casos por cada 100,000 habitantes.
Las autoridades de salud están llevando a cabo diversas acciones preventivas, incluyendo capacitación, trabajo comunitario, visitas domiciliarias para eliminar criaderos, orientación y fumigaciones focalizadas. Se insta a la población a revisar sus hogares y eliminar cualquier recipiente que acumule agua de lluvia, ya que estos se convierten en criaderos de mosquitos. También se recomienda el uso de cloro en los tanques de almacenamiento de agua para uso doméstico.