El ataque reciente de Hamás contra Israel ha sumido al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en una creciente crisis internacional, con el riesgo de una escalada en el conflicto y críticas de los republicanos que sostienen que las políticas de su administración han contribuido a esta situación.
La posibilidad de que el conflicto se prolongue y se expanda supone un desafío significativo para el liderazgo de Biden, tanto a nivel nacional como internacional. Ahora enfrenta la tarea de demostrar un apoyo inquebrantable a Israel, al mismo tiempo que busca forjar la paz en el Medio Oriente, donde Hamás ha encontrado respaldo entre sus simpatizantes en respuesta al ataque. Cientos de personas han perdido la vida en ambos bandos.
Hizbulah, un grupo libanés que comparte objetivos similares a Hamás en la destrucción de Israel, aplaudió el ataque y lanzó cohetes y artillería hacia posiciones israelíes, lo que generó respuestas por parte de drones israelíes. Aunque no se ha encontrado evidencia de que Irán dirigió este ataque en particular, el país persa ha mantenido fuertes lazos con Hamás y Hizbulah a lo largo de los años.
Varios precandidatos republicanos no perdieron tiempo en culpar a Biden por la situación, especialmente relacionándola con su decisión reciente de liberar fondos iraníes congelados por la libertad de ciudadanos estadounidenses. La Casa Blanca ha rechazado estas acusaciones, argumentando que el dinero iraní liberado no ha sido utilizado por Irán y solo puede ser destinado a fines humanitarios.
A pesar de esto, la crisis en curso complica aún más la situación de la administración Biden en sus esfuerzos para lidiar con Irán sobre el programa nuclear iraní. A medida que el enriquecimiento de uranio iraní se acerca a fines militares, Washington busca revivir un acuerdo anterior que levantó algunas sanciones a Irán a cambio de restricciones a su programa nuclear. Sin embargo, esta última escalada complica aún más este proceso.
La administración también ha estado tratando de promover un acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí, pero el conflicto actual plantea obstáculos significativos para este objetivo.
A pesar de las críticas y los desafíos, Biden reiteró su apoyo a Israel y condenó los ataques de Hamás como "inexcusables". El gobierno de Biden se enfrenta a una compleja situación en la que debe equilibrar su compromiso con Israel con los desafíos en curso en el Medio Oriente y las críticas de la oposición republicana.